Información sobre el Palacio

Información útil sobre el Palacio de Versalles

La recomendación para visitar el Palacio y los jardines es vestirse en capas. La visita puede durar todo el día y requiere estar tanto en interiores como en exteriores, donde podría hacer mucho calor o llover. Unas zapatillas y ropa cómoda te ayudarán a pasar mejor el día.

En los puntos de información hay taquillas automáticas donde puedes dejar pequeños equipajes y objetos personales.
No se permiten maletas ni bolsos grandes, pero se permiten cochecitos.

Sí, se permite la visita del Palacio con cochecitos.

En las habitaciones del Palacio es posible tomar fotos sin flash y sin palos para selfies; las fotos están prohibidas en las exposiciones temporales.

Sí, el Palacio es accesible para personas con discapacidad. Hay ascensores en los diferentes pisos y sillas de ruedas disponibles en el Palacio y en el Grand Trianon.

Se puede mover con un servicio de transporte entre el Palacio y el Domaine de Trianon y hay vehículos eléctricos accesibles para personas con movilidad reducida.

Dentro del Palacio está prohibido llevar comida y bebida, y no se permiten picnics en los jardines de Versalles. Hay varias áreas de restauración en el Grand Parc, cerca de la Grille des Matelots.

La mayoría de los visitantes de Versalles se hospedan en París y deciden dedicar un día al espléndido Palacio. Si vas en coche durante tu estancia en Francia, se recomienda alojarse en la propia ciudad de Versalles.

El mejor barrio es el de Notre-Dame, que fue el primero en construirse durante la creación de la nueva ciudad bajo Luis XIV. Se encuentra cerca del Palacio y cuenta con muchas atracciones históricas, culturales y turísticas.

Cerca de Notre-Dame se encuentra el barrio de Saint-Louis, a poca distancia del Palacio y sus jardines, con magníficos edificios históricos como la Salle du Jeu de Paume y el huerto del Rey.

Otros barrios tranquilos y bien comunicados por la RER son Porchefontaine y Montreuil.

El palacio fue habitado por el Rey Sol cuando decidió alejarse de París y trasladar allí su corte. Versalles se mantuvo como la sede del poder político del reino de Francia desde 1682 hasta los albores de la revolución francesa.

Durante ese tiempo, el Palacio de Versalles se convirtió en el símbolo del poder absoluto de la monarquía francesa.

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