Palacio de Versalles
El Palacio de Versalles es una de las obras arquitectónicas europeas más increíbles del siglo XVII y una de las atracciones más visitadas de Francia.
Fue fundamental para la historia francesa, ya que la localidad fue la capital del reino entre los siglos XVII y XVIII.
El Palacio
Fue el Rey Sol quien transformó el edificio en un palacio real, trasladó la corte allí y se mantuvo como la sede oficial del poder hasta la Revolución Francesa. Posteriormente, se convirtió en el Museo de la Historia de Francia.
En las salas se conservan obras de gran valor artístico y arquitectónico, como las habitaciones del rey y de la reina y la enorme capilla.
Una de las salas más impresionantes es la Galería de los Espejos, de 73 metros de longitud con 375 espejos. Se utilizaba como lugar de paso, espera y encuentro, y en su interior en 1919 se oficializó el final de la Primera Guerra Mundial con la firma del Tratado de Versalles.
Los Jardines de Versalles
El gran parque se extiende detrás del Palacio en una superficie de más de 800 hectáreas, con plantas y árboles de diversas especies, fuentes con esculturas elegantes, juegos de agua, canales y estatuas de mármol.
Para moverse en su interior se pueden utilizar bicicletas, coches eléctricos y el trenecito, ya que recorrerlo completamente a pie no es posible.
Los principales puntos de los jardines de Versalles son el Gran Trianón, un pequeño palacio de mármol rosa, el Dominio de María Antonieta y la Pequeña Venecia, como se rebautizó la zona con canales donde la Serenísima envió al Rey Sol góndolas y gondoleros para navegar los canales del parque.
Cómo llegar al Palacio
El Palacio de Versalles se encuentra en la ciudad homónima, a poca distancia de París, y es fácilmente accesible desde la capital con diferentes medios de transporte, incluidos tren, autobús y coche.
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